Freelancers, nómadas digitales, semana de cuatro días, ninguno de estos conceptos es realmente nuevo. Sin embargo, los cambios laborales derivados de la pandemia de covid-19 han permitido que muchas empresas comiencen a vivir de primera mano los beneficios de implementar un modelo laboral flexible. Poco a poco, se comienza a abandonar el prejuicio de que la productividad solo es posible de manera presencial y se empiezan a considerar los datos contundentes que soportan este hecho; como que un colaborador promedio desperdicia 2 horas (más hora de comida) durante su jornada laboral, o que el 85% de los empleados en México trabajan horas extras sin remuneración (Salarios.com 2015). Pero las empresas que hoy adoptaron estos modelos y quieren mantenerlos, no necesariamente cuentan con la estructura, las herramientas, las políticas o los indicadores para medir el desempeño, que atiendan a sus necesidades específicas y a los objetivos del negocio.
La ruta de implementación
Para implementar un modelo flexible laboral de manera exitosa, es necesario que los líderes estén convencidos del modelo, que existan herramientas tecnológicas definidas para el trabajo remoto, que se diseñen políticas de trabajo específicas considerando las implicaciones legales de este modelo y, finalmente, que se definan claramente los procesos operativos bajo este esquema. Asimismo, existen múltiples posibilidades de esquemas flexibles para atender las necesidades específicas de cada miembro del equipo, dependiendo de los puestos y objetivos de negocio: home office, horario combinado o corrido, jornada reducida, semana comprimida, medio tiempo, por proyecto, entre muchos otros. De esta manera, se crea una mejora en la calidad de vida de tus colaboradores, lo que se refleja en un mejor desempeño laboral. Recursos como el banco de horas, un programa familiar (maternidad y paternidad) y reubicación de lugar de trabajo son solo algunas maneras de atender las necesidades específicas de tu equipo y definir esquemas de trabajo que funcionen bien para ambas partes.
Beneficios tangibles del modelo flexible
Ciertamente, el implementar estos programas conlleva una relación mutuamente benéfica: el costo de tener un empleado en un espacio de un cubículo para una empresa es de 3 a 5 mil pesos mensuales, y estudios reportan que los empleados que trabajan bajo esquemas flexibles llegan a sus objetivos más rápido y con un aumento del 33% en atención. Pero no solo se trata de ahorro; los beneficios de adoptar un modelo flexible también incluyen atraer y retener mejores talentos, aumentar la productividad, incrementar el compromiso y lealtad de tu equipo, mejorar su calidad de vida y disminuir el ausentismo, rotación y estrés –temas fundamentales para cumplir con lo establecido por la NOM 035 de la STPS–. Además, el modelo flexible tiene un impacto de mejora social, dando oportunidades laborales a mujeres embarazadas y/o con hijos, adultos mayores, personas con discapacidad y demás grupos tradicionalmente relegados de la productividad económica.
El futuro del trabajo
Las previsiones apuntan a que, a finales de 2021, entre un 25% y un 30% de los empleados trabajarán desde casa varios días a la semana (Global Workplace Analytics), y esta tendencia sigue creciendo. Relind es una empresa que lleva años viviendo los beneficios de este modelo, operando desde sus inicios con equipo en México, Estados Unidos, Reino Unido y Holanda. Convencidos de la importancia de impulsar un mindset digital y de poner la calidad de vida primero, Relind también se ha certificado por Bolsa Rosa como una empresa Experta Flexible y ofrece servicios personalizados de diseño e implementación de este tipo de esquemas laborales.
La flexibilidad no es solamente hacer home office: conlleva un proyecto mucho más grande para el cual debe haber una planeación estratégica con metas claras y objetivos específicos para alcanzar el bienestar financiero y cultural de tu empresa.
¡Únete a la tendencia mundial y adopta un modelo flexible!
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